Mensaje del 29 de agosto de 2022

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Lo que el mundo esconde, no siempre es lo que se desea. En ocasiones, sólo es lo olvidado y que, poco a poco, se va borrando de la realidad existente.

Eso que se olvida, no siempre es lo deseado u odiado, sino lo que el alma archivó por no necesitar y ser guardado en el inconsciente hasta otra oportunidad, hasta otra vida o realidad encarnada.

La realidad que el alma elige o exige, a su vez es difícil de reconocer como algo lícito o real, como algo escogido libremente por la persona encarnante de esa alma dormida a una nueva realidad que, poco a poco, va incorporando como suya, aunque se sienta perdida dentro de ella. Cree controlarla, cree saber lo que sucede o porqué sucede, pero la realidad no es esa, la realidad es que, su realidad, no es la propia, es la adoptada tras un largo camino de experiencias continuadas, con el único fin de enriquecer su ser, su conciencia compartida entre tantas como ella.

Toda alma se cree ser conciencia única y la verdad es que el proceso es a la inversa, muchas almas, una conciencia; muchas partes de una totalidad, de una existencia, de una gran conciencia necesitada de múltiples experiencias, vivencias y, todo ello, para poder crecer y aprender en tantas realidades como sea posible, antes de volver a la unidad y, por tanto, a desaparecer como conciencia única, como entidad individualizada del Todo, el primer origen, de lo que en realidad fue la Nada.

Este es el camino, de la nada al todo y de éste a la nueva nada y así, circularmente, tiempo tras tiempo, infinitamente.

No es posible pararlo, todo se establece así, desde siempre y por tiempo, quizá difícil de entender para una mente limitada en un cuerpo limitado, como es el que se usa en cada vida, como ser álmico vehicular, pero la realidad es infinita y sólo una conciencia infinita lo podría integrar y comprender en su profundidad.

Este es el mensaje de hoy y espero sea de utilidad para tod@s vosotr@s.

Recibido por Sol Ahimsa