Autora: Ascensión Ballesteros

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El Akasha es un término que fue traducido del sánscrito como éter, espacio o cielo, donde quedan grabados los acontecimientos, palabras, pensamientos, emociones de vidas pasadas, incluyendo esta encarnación también.

Años atrás, hubo una gran expansión de los Registros Akáshicos, del mismo modo que mal interpretados, denostado e incluso negando su existencia, quizás por desinformación. Hoy, todo esto, ha cambiado y podemos decir que, cada vez, hay más pruebas de su existencia demostrada por la ciencia cuántica.
Podríamos remontarnos a aquellos filósofos como:
H.P. Blavatsky nombrándolos como las "tablillas indestructibles de la luz astral".
Mas tarde, Alfred Percy Sinnett, ya los nombraría como Registros Akáshicos, así como Rudolf Steiner, Edgar Cayce, Charles Webster Leadbeater, Henry Steel Olcott, etc…
Olcott escribió que Buda decía que hay dos cosas eternas: El Akasha y el Nirvana.

“Todo sale del Akasha con la ley del movimiento inherente a él”
El budismo primitivo habla de la capacidad de las mujeres y de los hombres para leer los Registros Akáshicos, conectar e integrar la información de las distintas experiencias vividas.

Así, venimos a tener experiencia de vida en cada ciclo diferente, cambios vibratorios de la tierra y también del sistema solar, como el que estamos teniendo en este momento, nuestra fisiología que abarca desde las células, el complejísimo sistema neuronal hasta el ADN que nos posibilita el poder guardar tanta información y también acceder a ella, nada queda al azar.

De modo que, acceder a los Registros Akáshicos, es volver a recuperar la información grabada en la memoria infinita que el alma ha guardado de todas las experiencias vividas y, poder así, comprender el porqué de algunas circunstancias que nos marcaron por la impronta traumática del momento o por hechos acaecidos tanto individual como colectivamente.

Poniendo de relieve el delicado equilibrio entre la sombra y la luz, en donde cada instante vivido marcó una posibilidad de cambio que no se pudo llevar a cabo y recuperar esa memoria, es la única forma de que la persona pueda resolver y liberar el programa integrado.
Este trabajo ha de realizarse desde el corazón, por ser la única forma de conectar y entrar en los Registros Akáshicos.